Te lo cuento en 250 palabras
Rey Fernando Vera García|Centro de Estudios Literarios, de la UNAM
Un libro clásico es como un vampiro que envejece muy bien, lleno de vigor y belleza a pesar del tiempo.¿Y como vampiro de qué se alimenta? Bueno, pues de las lecturas de las personas. Es decir: un clásico es un libro cuyas cualidades estéticas y cuyo mensaje es en tal medida trascendental que supera sin más el curso del tiempo y su mensaje siempre será actual. Claro que para que algo se vuelva clásico, debe no sólo tener lectores, sino ser legitimado por los especialistas. Hay así clásicos académicos, textos que se leen poco, pero que los críticos consideran fundamentales en la historia de la literatura. Un texto clásico, entonces, es aquel que trasciende su lugar de origen, su tiempo y su nacionalidad para convertirse en patrimonio de la humanidad. Leer a los clásicos es difícil, pues muchos de ellos demandan del lector una experiencia vital previa, cierta sensibilidad y un buen manejo del lenguaje, como puede ser el caso del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Cervantes o El Primero Sueño de Sor Juana Inés de la Cruz; en cambio otros clásicos como El principito, exigen que el lector adulto tenga la capacidad de conectarse con su niño interior. Pese a todo esto, leer a los clásicos es un derecho, no un privilegio. Si quieres saber qué clásico es para ti, déjamelo saber en los comentarios, respondiendo el siguiente cuestionario: 1 ¿Aventura o Quietud? 2 ¿Amor trágico u amor feliz? 3 ¿Reflexión o Acción?
¿Oye? ¿Pero y hay clásicos de Literatura Infantil? Los hay, pero necesitaría otras 250 palabras para contártelo.