Leer no es una pérdida de tiempo y de hecho es una actividad que merece su espacio. A veces olvidamos que leer por placer es tan provechoso como cualquier otra ocupación. Además no es una labor estática, ni pasiva, antes bien, requiere entrega, determinación, paciencia y empeño. Un verdadero libro invita al goce y al aprendizaje. Pero también nos demanda salir de lo habitual y convertirnos en lectores atrevidos. He aquí cuatro libros para acercar a los niños a la lectura.
El increíble niño comelibros de Oliver Jeffers traducido por Francisco Segovia es un libro/álbum ilustrado que combina las delicias de una historia extravagante con las más vivas ilustraciones. Este libro evoca la primera experiencia infantil frente a los libros, esa que nos trae a la memoria el olor de las páginas, el deseo de rayarlas y la inquietud latente por devorarlas. Bello trabajo que forma un paseo por los modos de conocimiento menos ortodoxos, pero también por la conquista de la paciencia.
De Alejandro Magallanes, Armo con letras, aparece como un álbum sobre el uso del lenguaje. Nos recuerda que la lengua puede ser un juego, de esos que sirven para la vida. Las palabras son importantes, capaces de crear cosas y determinar destinos. En una solitaria banca de parque, un niño encuentra un libro y al abrirlo frente a él surgen todas las posibilidades del universo, desde lo tangible hasta el fascinante y bello caos.
Con la belleza de las cosas simples, El libro de los garabatos, de Taro Gomi, es a veces un libro y un juguete. El concepto que propone el título es sencillo: crear. Porque la lectura no debe ser una acción pasiva, sino que requiere dinamismo. Con este título se pierde esa solemnidad anticuada de reverenciar los libros. Las páginas del Libro de los garabatos requieren lectores audaces y fuera de lo convencional, dispuestos a dibujar, colorear e inventar historias.
Por último, pero no menos importante Yipo de Juan Gedovius es un libro atípico, sus páginas desplegables como acordeón contienen una historia infinita cuyos protagonistas son un grupo de inquietos monstruos. El libro puede explorarse de manera lineal, circular o simplemente hacer nudos probando las innumerables combinaciones de sus dos caras y de un travieso hilo azul que ronda por allí. Genial para incentivar la imaginación y salir de lo convencional porque las imágenes también se leen y saber hacerlo es importante.